Háblame, mientras
Sostienes mis manos
Y se hace eterno el
misterio…
Mirada fastuosa,
Ridiculiza el dolor.
Háblame,
Arrebatando con un beso,
El miedo a volar.
Deambula entre abismos,
Menguantes de deseo.
Háblame del faro
cristalino
De tus ojos.
Del grisáceo,
Que es devorado, por rayos
marrones.
Háblame del brillo en tu
mirada,
Tus pupilas dilatadas.
Y la mía derretida ante
ti.
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