jueves, 9 de agosto de 2012

Veces como ésta.


Veces como ésta.
Encarnizo el personaje crespo
que sufre mi mano derecha
al ser cubierta por
alquitrán de sendas
por las que ya
pocos caminan.
Mientras el asfalto desteñido
Llora envolviendo.
Regando el pedregullo
Extenuado…
De arañar tal grito sin honores.
En el desgarro
de tales pasos profanos
 sin huellas difusas,
morimos.

Veces como ésta.
La llovizna nubla mi vista,
e imito ruidos surreales
que solo habitan
en ésta alienada mente.
Flameo en playas desoladas.
Atropello el miedo y sus alas.
Abrazo el desierto menguante,
de mis labios antiguos.
Clono los recesos de una boca,
sumergida en mi espalda.
Exprimo mi almohada sofocada,
la invierto.

Veces como ésta.
Le susurro al murmullo.
Agrupo el silencioso ruido.
Veces como ésta.
Olvido porqué.
Y extraño el para qué.



 

1 comentario:

  1. Demasiado. Perfecto. Ya te lo he dicho.
    Escucharlo, doloroso, irreversible, magico y sumamente triste.
    Encarnado.

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